Ayer fui al conciertazo de un genio de la lírica y de la música actual: Jorge Drexler. Me sigue fascinando la capacidad de este cantautor uruguayo para crear atmósferas con ruidos, ritmos y su propia voz. Él solo en el escenario, con una humilde escenografía, sobrepasa el lenguaje de las palabras y la música y trasciende al lenguaje del narrador de historias, del bardo, del rapsoda. Sus canciones, íntimas y personales, llegan al corazón de una forma tan sencilla y natural que el espectáculo que apenas debía llegar a la hora y cuarto se alargó a las dos horas, entre los aplausos de un público totalmente entregado a la naturalidad y simpatía sin fin de Drexler. Simpatía porque a Drexler le encanta charlar con el público, reir con él, participar con quien le admira; y eso le hace más un amigo que un artista.
Gracias Jorge por ser como eres: un auténtico crack.
Nota: uno de los mejores espectáculos para ver con tu pareja, imposible defraudar en aniversarios y otros acontecimientos románticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario